Mientras que Louis Tomlinson eligió una brújula, Zayn Malik adornó su micrófono con una calavera y le puso un poco de sombra. Los chicos parecían estar completamente tranquilos en el lugar, y hasta jugaron billar y comieron algunas pizzas.
Liam Payne acompañó a los chicos, pero no estuvo con ganas de hacerse más tatuajes. No hubo señales de Harry Styles ni de Niall Horan.



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